V Domingo de
PascuaLema del Mes:
“Esperamos cielos nuevos y tierra nueva” (2 Pe 3,13)
Me
das un nuevo mandamiento
que
ame como me amas,
y
que a mi prójimo
ame
cómo me amo a mí.
es
una firme decisión
elegir
ser tu testigo
transmitiendo
tu amor.
y
ser misericordioso como tú.
Amar
y servir
así me invitas a vivir, Jesús.
tu
misericordia renueva mi ser
por
eso bendeciré tu nombre
y
en tu honor entonaré una alabanza
tu
gracia proclamaré,
Dios
mío mi Rey.
enciende
en mi alma
el
consuelo de tu paz
hazme
permanecer,
mi
buen pastor,
por
siempre en tu grey.
Lectura del Libro de los
Hechos de los Apóstoles 14,21b-27
En aquellos días, Pablo y
Bernabé volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía, animando a los discípulos y
exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar mucho para
entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia
designaban presbíteros, oraban, ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien
habían creído. Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge,
bajaron a Atalía y allí se embarcaron para Antioquía, de donde los habían
enviado, con la gracia de Dios, a la misión que acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron a la
Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había
abierto a los gentiles la puerta de la fe.
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial:
144,8-9.10-11.12-13ab
R/. Bendeciré tu nombre
por siempre jamás, Dios mío, mi rey.
El Señor es clemente y
misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con
todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
Que todas tus criaturas
te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de
tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/.
Explicando tus hazañas a los hombres, la
gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno
va de edad en edad. R/.
Lectura del Libro del
Apocalipsis 21,1-5ª
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra
nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no
existe. Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo,
enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Y
escuché una voz potente que decía desde el trono: «Ésta es la morada de Dios
con los hombres: acampará entre ellos. y Dios estará con ellos y será su Dios.
Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni
dolor. Porque el primer mundo ha pasado.» Y el que estaba sentado en el trono
dijo: «Todo lo hago nuevo.»
Palabra de Dios.
Lectura del Santo
Evangelio según San Juan 13,31-33a.34-35
Cuando salió Judas del
cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es
glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en
sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con ustedes.
Les doy un mandamiento
nuevo: que se amen unos a otros; como yo los he amado. La señal por la que
conocerán que son discípulos míos, será que se amen unos a otros.»
Palabra del Señor.