sábado, 25 de enero de 2025

Tu santa Palabra

 III Domingo del Tiempo Ordinario 
 Domingo de la Palabra de Dios
Lema del mes: “He ahí a tu Madre”





Tu santa Palabra 




Tu Palabra, Señor Jesús,
llena mi alma de paz
inunda mi ser de tu amor.
 
Tu santa Palabra, mi Dios
es fuente de mi salvación
y mi refugio seguro
donde descansa mi ser
y se aumenta mi fe.
 
Es con tu Palabra sagrada
con lo que se ilumina mi vida
eres tú, mi Señor Jesús,
palabra encarnada del Padre
dónde está mi libertad.

 

                                                                  



Lectura del Libro de Nehemías 8,2-4a.5-6.8-10


  En aquellos días, el sacerdote Esdras trajo el libro de la ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era a mediados del mes séptimo. En la plaza de la puerta del agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la ley. 

 Esdras, el escriba, estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado- y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: - «Amén, amén.» 

 Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra. Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: 

 «Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagan duelo ni lloren.» Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la ley. Y añadieron: - «Anden, coman buenas tajadas, beban vino dulce y envíen porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estén tristes, pues el gozo en el Señor es su fortaleza.» 

Palabra de Dios.


Salmo Responsorial: 18,8.9.10.15
 R/. Tus Palabras, Señor, son espíritu y vida. 

 La Ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R/. 

 Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R/. 

 La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/. 

 Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío. R/


Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12,12-30


 Hermanos: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. 

 El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Si el pie dijera: «No soy mano, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: «No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo», ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería? Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso. 

 Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo. 

 El ojo no puede decir a la mano: «No te necesito»; y la cabeza no puede decir a los pies: «No los necesito.» Más aún, los miembros que parecen más débiles son más necesarios. Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan. Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían. Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros. Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan. Pues bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Y Dios los ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan? 

Palabra de Dios.


 Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 1,1-4;4,14-21 



 Excelentísimo Teófilo: Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la Palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido. 

 En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el Libro del Profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: 

«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.» 

 Y, enrollando el Libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: —«Hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír.» 

Palabra del Señor.


martes, 21 de enero de 2025

Tu más alta gracia


 En tu vientre se encarnó el Amor 
de tus senos se alimentó mi salvador.

Tú le enseñaste a vivir
lo enseñaste a orar 
de ti aprendió a reír 
contigo aprendió amar.

Gracias a tu sí 
vino a la humanidad 
El Hijo de Dios 
a ti te dijo mamá.

Tu más alta gracia 
es que eres madre de mi Señor 
tu más alta gloria 
es que en tu ser él se encarnó 
tu eres la Altagracia 
la madre de Dios
por eso te honro con mi corazón. 

sábado, 18 de enero de 2025

¡Aclamaciones de esperanza!

II Domingo del Tiempo Ordinario
Lema del mes: “He ahí a tu Madre”




Mi Señor,
yo clamaré tu amor,
no callaré tu gracia,
ni tus maravillas, mi Salvador.
 
Anunciaré tu justicia
y encenderé la llama de la esperanza
propagando a todas partes
el fuego de tu paz.
 
Mi Señor, contaré tu bondad
yo anunciaré tu piedad
y diré a viva voz
la grandeza de tu gloria
lo inmenso de tu amor.
 
Y me darás el vino nuevo
de la alegría de servir
renovarás en mis adentros
tu gran amor por mí
y haré lo que me digas
y te serviré con toda mi vida
pues a ejemplo de tu madre
proclamo con mi alma:
¡Que se haga en mí tu voluntad!



_________________________________


 Lectura del Libro de Isaías 62,1-5

 Por amor de Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha.

 Los pueblos verán su justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor. Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios. 

 Ya no te llamarán «abandonada», ni a tu tierra «devastada»; a ti te llamarán «Mi favorita», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá marido. 

 Como un joven se casa con su novia, así te desposa el que te construyó; la alegría que encuentra el marido con su esposa, la encontrará tu Dios contigo. 

 Palabra de Dios.

Salmo Responsorial: 95,1-2a.2b-3.7-8a.9-10a 
 R/. Cuenten las maravillas del Señor a todas las naciones. 

 Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor, toda la tierra; canten al Señor, bendigan su nombre. R/. 

 Proclamen día tras día su victoria, cuenten a los pueblos su gloria, sus maravillas a todas las naciones. R/. 

 Familias de los pueblos, aclamen al Señor, aclamen la gloria y el poder del Señor, aclamen la gloria del nombre del Señor. R/. 

 Póstrense ante el Señor en el atrio sagrado, tiemble en su presencia la tierra toda. Digan a los pueblos: «El Señor es rey, él gobierna a los pueblos rectamente.» R/.


Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12,4-11 

 Hermanos: Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común.


 Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabiduría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de curar. A éste le han concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y los malos espíritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlo. 

 El mismo y único Espíritu obra todo esto, repartiendo a cada uno en particular como a él le parece. 

Palabra de Dios.


Lectura del Santo Evangelio según San Juan 2,1-11 

 En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda. Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: —«No les queda vino». Jesús le contestó: —«Mujer, déjame, todavía no ha llegado mi hora». Su madre dijo a los sirvientes: —«Hagan lo que él les diga». 

 Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una. Jesús les dijo: «Llenen las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. Entonces les mandó: - «Saquen ahora y llévenselo al mayordomo». Ellos se lo llevaron. El mayordomo probó el agua convertida en vino sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llamó al novio y le dijo: —«Todo el mundo pone primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».

 Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él. 

Palabra del Señor.



viernes, 10 de enero de 2025

Nos bendices con tu amor

 

 Bautismo del Señor

Lema del mes: “He ahí a tu Madre”





 Nos bendices con tu paz, Señor
mientras cumples la promesa
de a nuestro lado caminar.
 
Hoy sostenme en tu amor
y renuévame con tu gracia
hazme ver la salvación
por el honor de tu nombre, mi salvador.
 
Nos llamas a hacer el bien
y a vivir en tu esperanza
nos invitas a ser fieles
y a esperar en tu bondad.
 
Nos bendices con tu amor, oh, Dios
y nos llenas de tu presencia
cuando nos invitas a contemplar
a tu hijo, nuestro redentor.
 
Y te clamaré
yo aclamaré tu grandeza
y a tus pies me postraré
pues tu paz es mi victoria
por eso proclamaré
por siempre tu gloria, mi Señor.

                                                                                       


Lectura del Libro de Isaías 42,1-4.6-7 

 Así dice el Señor: «Miren a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»

 Palabra de Dios. 


 Salmo Responsorial: 28, 1a.2.3ac-4.3b y 9b-10

 R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz. 

 Hijos de Dios, aclamen al Señor, aclamen la gloria del nombre del Señor, póstrense ante el Señor en el atrio sagrado. R/.

 La voz del Señor sobre las aguas, el Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente, la voz del Señor es magnífica. R/. 

 El Dios de la gloria ha tronado. El Señor descorteza las selvas. En su templo un grito unánime: «¡Gloria!» El Señor se sienta por encima del aguacero, el Señor se sienta como rey eterno. R/.


Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 10,34-38

 En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su Palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocen lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.» 

Palabra de Dios.


 Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 3,15-16. 21-22 

 En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la Palabra y dijo a todos: «Yo los bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego».

 En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto». 

Palabra del Señor.


viernes, 3 de enero de 2025

Gloria al amor de Dios

 


 II Domingo de Navidad

Lema del mes: “He ahí a tu Madre”






Mi alma glorifica
 el amor de mi Señor
Todo mi ser
 exulta de felicidad
Pues él es Palabra
que es vida
Y su sabiduría
divina
Me llenan de paz.
 
Gloria, gloria,
 gloria al amor de Dios.
Gloria, gloria,
 gloria canta mi corazón.
 
Se regocija mi alma,
al exaltar su Palabra
Mi interior rebosa de esperanza
Se apacienta mi ser,
al sentir su presencia
Hoy puedo glorificar
con toda mi existencia
Al Señor
que se ha hecho carne
Para darme salvación.




                                                                                                   


Lectura del Libro del Eclesiástico 24,1-4.8-12 


 La sabiduría hace su propio elogio, se gloría en medio de su pueblo. Abre la boca en la asamblea del Altísimo y se gloría delante de sus Potestades. En medio de su pueblo será ensalzada y admirada en la congregación plena de los santos; recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendita entre los benditos.

 Entonces el Creador del Universo me ordenó, el Creador estableció mi morada: habita en Jacob, sea Israel tu heredad. Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y no cesaré jamás. En la santa morada, en su presencia ofrecí culto y en Sión me estableció; en la ciudad escogida me hizo descansar, en Jerusalén reside mi poder. Eché raíces entre un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad. 

Palabra de Dios. 


 

Salmo Responsorial: 147,12-13.14-15.19-20 

 R/. La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.

 Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/. 

 Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina; él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz. R/.

Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así ni les dio a conocer sus mandatos. R/.


 Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 1,3-6.15-18

 Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. 

 Por eso yo, que he oído hablar de su fe en el Señor Jesús y de su amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por ustedes, recordándolos en mi oración, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de su corazón, para que comprendan cuál es la esperanza a la que los llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos. 

Palabra de Dios.


Lectura del Santo Evangelio según San Juan 1,1-18

 En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de l0a Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la recibieron. Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: Éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. 

Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. 

 Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y grita diciendo: Éste es de quien dije: “El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo.” 

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia. Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie lo ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer. 

Palabra del Señor.

"Al encuentro del Amor"

"Al encuentro del Amor"
Novela literaria, de mi puño y letra. Elaborada para el deleite de quienes les apasiona la lectura. Para pedidos contáctame por esta vía o a través del correo: jimenez.juanpablo19@gmail.com