Bautismo del Señor
Lema del mes: “He ahí a tu Madre”
Nos bendices con tu paz, Señor
mientras cumples la promesa
de a nuestro lado caminar.
y renuévame con tu gracia
hazme ver la salvación
por el honor de tu nombre, mi
salvador.
y a vivir en tu esperanza
nos invitas a ser fieles
y a esperar en tu bondad.
y nos llenas de tu presencia
cuando nos invitas a contemplar
a tu hijo, nuestro redentor.
yo aclamaré tu grandeza
y a tus pies me postraré
pues tu paz es mi victoria
por eso proclamaré
por siempre tu gloria, mi Señor.
Lectura del Libro de Isaías 42,1-4.6-7
Así dice el Señor: «Miren a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. Para que abras los ojos de los ciegos, saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan las tinieblas.»
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: 28, 1a.2.3ac-4.3b y 9b-10
R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
Hijos de Dios, aclamen al Señor, aclamen la gloria del nombre del Señor, póstrense ante el Señor en el atrio sagrado. R/.
La voz del Señor sobre las aguas, el Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente, la voz del Señor es magnífica. R/.
El Dios de la gloria ha tronado. El Señor descorteza las selvas. En su templo un grito unánime: «¡Gloria!» El Señor se sienta por encima del aguacero, el Señor se sienta como rey eterno. R/.
Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 10,34-38
En aquellos días, Pedro tomó la palabra y dijo: «Está claro que Dios no hace distinciones; acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea. Envió su Palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos. Conocen lo que sucedió en el país de los judíos, cuando Juan predicaba el bautismo, aunque la cosa empezó en Galilea. Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él.»
Palabra de Dios.
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 3,15-16. 21-22
En aquel tiempo, el pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la Palabra y dijo a todos: «Yo los bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego».
En un bautismo general, Jesús también se bautizó. Y, mientras oraba, se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre él en forma de paloma, y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto».
Palabra del Señor.
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