III Domingo de Adviento (Gaudete)
Lema del mes: Venga tu Reino
Cántico a la alegría en el Señor
Amado Señor,
pon tu alegría en mi corazón
regocija con tu amor,
cada rincón del alma mía
Y mi ser estará jubiloso
tu alegraras mi interior
y me llenaré de gozo,
del gozo de tu amor.
Confiado yo estaré
en tu presencia a nada temeré.
En tu amor permaneceré
Si me desborda tu esperanza
en ti me alegraré.
Y ensalzaré tu excelso nombre
y te alabaré con toda mi vida
proclamaré que vienes a salvarme
compartiré el pan de la justicia
encenderé la llama de la alegría
y te prepararé un lugar en mi corazón
para que nazcas en mí, todos los días
mi amado Señor.
Lectura del Libro de Sofonías 3,14-18
Palabra de Dios.
Salmo Responsorial: Is.12,2-3. 4bcd. 5-6.
R./ Griten jubilosos: “Que grande es en medio de ti el santo de Israel.”
El Señor es mi Dios y salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Y sacarán aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R/.
Den gracias al Señor, invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es excelso. R/.
Tañan para el Señor, que hizo proezas, anúncienlas a toda la tierra; griten jubilosos, habitantes de Sión: “Que grande es en medio de ti el Santo de Israel.” R/
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 4, 4-7
Hermanos: Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén siempre alegres. Que su mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca. Nada les preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, sus peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Palabra de Dios
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 3,10-18
En aquel tiempo la gente preguntó a Juan: “¿Entonces qué hacemos?” Él contestó: “El que tenga dos túnicas, que se las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo.” Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron: “¿Maestro, ¿qué hacemos nosotros?”
Él les contestó: “No exijan más de lo establecido.” Unos militares le preguntaron: “¿Qué hacemos nosotros?” Él les contestó: “No hagan extorsión a nadie, ni se aprovechen con denuncias sino conténtense con la paga.” El pueblo estaba en expectación, y todos se preguntaban si no sería Juan el Mesías; él tomó la Palabra y dijo a todos:
“Yo los bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo, y no merezco desatarle la correa de sus sandalias. El los bautizará con el Espíritu Santo y fuego; tiene en la mano la horca para aventar su parva y reunir su trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga.” Añadiendo otras muchas cosas, exhortaba al pueblo y le anunciaba la Buena Noticia.
Palabra del Señor.
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