Aroma a santidad
Por: Juan Pablo Jiménez.
cuando consagra.
Es vino nuevo
es sal para la tierra
y luz de Cristo.
Catequista y Obispo,
que conoce su redil.
Él huele a ovejas,
es buen pastor.
Aroma a santidad
cuando recita
(o mientras proclama)
emanan de sus versos,
perfumes para el alma
rebosantes de verdad
de bondad, de belleza;
del Eterno y su Palabra.
Aroma a santidad
es su existencia.
Su testimonio es
fragancia a rosas y crismas,
a óleo de catecúmeno
a vino recién consagrado.
Cura de almas su sacerdocio,
Sacramento viviente
desde su consagración...
¡O antes!
Desde que se acogió
al amparo de la Altagracia
en aquella lluviosa procesión.
Aroma a santidad,
olor a rosas,
es de la Rosa
un buen pastor.
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