A nada temo
tu amor me arde
en el corazón.
No siento miedo,
a ti suplico
y me tienes piedad,
me escuchas,
tu bondad me escucha.
Tu amor me da valor
tu gracia vence el temor, no temo
yo no me acobardo
porque estás siempre conmigo,
Señor. Porque con compasión
vuelves tu amorosa mirada
hacia mi.
No se atemoriza mi interior
porque en mi ser
arde el fuego de tu amor.
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