¡Oh huerto!
Por: Juan Pablo Jiménez
¡Oh huerto!
En ti, hermoso jardín
encayado en Getsemaní,
en tu interior;
la Palabra Encarnada
vivió su agonía.
En ti, hermoso jardín
encayado en Getsemaní,
en tu interior;
la Palabra Encarnada
vivió su agonía.
¡Oh huerto!
callado huerto,
del Monte de los Olivos
escuchaste el suplicio del Mesías
y su clamor al Padre
para no tomar
del cáliz del padecimiento.
callado huerto,
del Monte de los Olivos
escuchaste el suplicio del Mesías
y su clamor al Padre
para no tomar
del cáliz del padecimiento.
¡Oh huerto!
sentiste su tristeza
saboreaste en tus suelos
su sudor de sangre
oíste su angustia,
y su fidelidad infinita,
atestiguaste su entrega, su amor.
sentiste su tristeza
saboreaste en tus suelos
su sudor de sangre
oíste su angustia,
y su fidelidad infinita,
atestiguaste su entrega, su amor.
¡Oh tierra!
En ti se vertió su sangre,
la sangre del Cordero
sacrificio para nuestra redención.
En ti se vertió su sangre,
la sangre del Cordero
sacrificio para nuestra redención.
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