Las medidas de la Iglesia católica en la Cuaresma con base en las situaciones provocadas
por la pandemia del Coronavirus.
Por: Juan Pablo Jiménez
La presente publicación forma parte
de un conjunto de asignaciones
académicas que se desarrollan
en la Carrera Periodismo Digital,
propias de la asignatura:
Medios Digitales en la Sociedad Actual.
Antes que todo, extiendo cordiales saludos
a la maestra María Cabrera.
El ideal propio del Tiempo
Cuaresmal es conducir al ser humano al encuentro con el Señor por medio de la
penitencia interior. Tanto las Sagradas Escrituras como lo enseñado a través del
Magisterio de la Iglesia, han visto en las prácticas de justicia los criterios
para conducir dicho encuentro. Constituyen estas prácticas la limosna, el ayuno
y la oración. Estos permiten a las personas que se disponen a realizar estas
obras desapegarse de situaciones que son buenas, pero que, en cierta medida,
pueden apartar al individuo de Dios. Las privaciones cuaresmales son una fuente
de gracia y ayudan a fomentar la relación de amor con Dios, con nosotros mismos
y con los demás.
Según lo expresado en el
Catecismo de la Iglesia Católica, en el numeral 1483 “los tiempos y los días de
penitencia a lo largo del año litúrgico (el tiempo de Cuaresma, cada viernes en
memoria de la muerte del Señor) son momentos fuertes de la práctica penitencial
de la Iglesia. Estos tiempos son particularmente apropiados para los ejercicios
espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de
penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, la comunicación
cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras)”.
Este año el mundo vive una situación
particular a causa de la pandemia Covid-19. Las instituciones religiosas que
propician encuentros grupales para el fortalecimiento de la fe en este tiempo
han tomado las medidas pertinentes para la protección de la feligresía. En los
días por venir, este medio irá proporcionando elementos para la reflexión.
Exhorto además, a que cada uno viva la prudencia. Es un deber de todos cuidar
nuestra salud y la de nuestros envejecientes. A continuación se añade el
documento emitido por la Conferencia del Episcopado Dominicano dando las
determinaciones sobre el accionar de la Iglesia ante esta situación.
Conferencia
del Episcopado Dominicano
“Vete,
pueblo mío, entra en tus cámaras y cierra tu puerta tras de ti, escóndete un
instante hasta que pase la ira” (Isaías 26,10)
COMUNICADO
Medidas
preventivas ante el coronavirus (COVID-19)
Miércoles 18 de marzo de 2020
Los
obispos de la República Dominicana damos seguimiento a la evolución del
coronavirus (COVID-19) en el mundo y el país. Ante la declaración del estado de
emergencia nacional, solicitado por el Poder Ejecutivo; acogiendo las
recomendaciones del Ministerio de Salud Pública (MSP) y de la Organización
Mundial de la Salud (OMS); y en vista de que nos encontramos como cristianos
católicos en el tiempo litúrgico de Cuaresma y frente a la Semana Santa, la Conferencia
del Episcopado Dominicano exhorta a seguir fielmente las siguientes
disposiciones que dirigimos a nuestro pueblo de Dios por amor a la caridad
cristiana y no por miedo, a fin de prevenir la propagación del coronavirus
(Covid-19) para colaborar en la protección de la vida y la salud de la
población.
1. Los
sacerdotes deben celebrar la Eucaristía sin participación del pueblo,
iniciando mañana jueves 19 de marzo hasta que cese la situación actual,
intercediendo por los enfermos, orando por las familias y por todo el personal
de salud para que el Señor de la Vida, nos fortalezca en esta “cuaresma
involuntaria” que tenemos frente a nosotros.
Los
sacerdotes deben permanecer en sus respectivas parroquias, para garantizar el
acompañamiento pastoral de sus feligreses.
2.
Todos los fieles quedan dispensados de asistir a las celebraciones
litúrgicas durante este tiempo (canon 87 §1). En este tiempo, es su misión
participar como Iglesia doméstica desde sus hogares orando por la situación
actual, viviendo en la esperanza y confianza de que Dios nos mostrará su
rostro.
3.
Se suspenden todas las actividades parroquiales: la celebración
eucarística y comunitaria, incluido los domingos, actos penitenciales, vía
crucis, retiros, talleres y procesiones hasta que cese la situación actual.
4.
En las celebraciones exequiales, los sacerdotes asistan a los fieles
tomando las precauciones de lugar.
5. La
Santa Eucaristía sea transmitida especialmente los domingos, a través de los
medios de comunicación (televisión, radio y redes sociales), para que todos
los fieles se sientan acompañados pastoral y espiritualmente, y permanezcan en
comunión con toda la Iglesia.
6. Los centros educativos católicos asuman las
indicaciones y los protocolos de las autoridades educativas.
7.
Las instituciones eclesiásticas con personal que labora en sus
instalaciones, acojan las indicaciones sanitarias de prevención emitidas por el
Ministerio de Salud Pública. Sobre la jornada laboral, pueden suspenderla,
alternar los turnos o implementar el trabajo a distancia.
Exhortamos
a mantener la fe, la oración y la prudencia; al mismo tiempo, estar atentos a
las informaciones suministradas por los organismos oficiales y de esta
Conferencia del Episcopado Dominicano, evitando divulgar noticias de dudosa
procedencia. ¡Fomentemos la esperanza y la certeza de que Dios nunca abandona a
su pueblo!
Acompañamos
al pueblo dominicano con nuestras oraciones, exhortaciones y acciones.
Imploramos a Nuestra Señora de la Altagracia que nos proteja.
Conferencia del Episcopado Dominicano
El autor es estudiante de Periodismo Digital en UAPA.
Presidente de asamblea de la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en Licey al Medio.
Locutor profesional y escritor.